¡Incluso la muerte no impedirá que este virus se replique!
Cuando los atrajeron de la escarcha siberiana con amebas frescas, los virus zombis atacaron a las amebas y las doblaron a su voluntad.
Estos virus de 1 micrómetro son enormes para un virus, tan grande como muchas bacterias.
Los virus zombis tienen material genético inusual e intrigante, a diferencia de otras formas de vida conocidas.
¡El tiempo dirá qué más acecha bajo la escarcha, esperando ser resucitado!
Cuando los científicos franceses Jean-Michel Claverie y Chantal Abergel se enteraron de que las plantas habían sido revividas a partir de semillas de 30.000 años encontradas en hordas de ardillas enterradas en las profundidades del permafrost siberiano, solicitaron muestras de escarcha al equipo ruso. Luego tentaron las muestras con amebas frescas y pudieron hacer que los virus latentes que se escondían en la escarcha entraran en acción. Los virus atacaron a las amebas, las doblaron a su voluntad y comenzaron a usarlas como laboratorios de replicación.
Cuando los científicos investigaron, descubrieron que, a escala microscópica, los virus eran absolutamente enormes. Más de un micrómetro de tamaño, son tan grandes como muchas bacterias, incluso más grandes que algunas de las células eucariotas de vida libre más pequeñas conocidas, y son fácilmente visibles con microscopios estándar. (Los científicos llamaron al virus Pithovirus sibericum porque su forma se parecía a las antiguas jarras de vino griegas llamadas “pithos”).
Afortunadamente, parece que la principal amenaza que plantea este virus zombi es para la población microscópica de amebas. Sin embargo, los científicos también han descubierto otros virus grandes, incluidos los Pandoravirus y el virus “imitador de microbios”, o Mimivirus. Aunque la patología de estos virus aún se desconoce, se han detectado anticuerpos contra virus gigantes en humanos, lo que significa que los virus gigantes pueden convertirnos en sus huéspedes.
El material genético de estos virus es inusual y se superpone a formas de vida conocidas en un grado muy limitado, lo que tiene a la comunidad científica muy intrigada sobre las posibilidades de nuevos descubrimientos. Pero solo el tiempo dirá qué más acecha bajo la escarcha, esperando ser resucitado de entre los muertos…