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La testosterona es la hormona sexual masculina responsable del desarrollo de los músculos, el vello corporal, la voz más grave y otras características masculinas durante la pubertad. Antes del nacimiento participa en el crecimiento de los órganos sexuales masculinos, mientras que durante la edad adulta desempeña un papel en el impulso sexual, la producción de esperma y el mantenimiento de la salud en general. El papel de la testosterona en el mal comportamiento es en gran parte un mito. Hay mucho más en esta hormona de lo que sugiere su reputación.
En los hombres, la testosterona es producida por los testículos con una pequeña cantidad producida en las glándulas suprarrenales. Las mujeres también necesitan testosterona y los ovarios y las glándulas suprarrenales la producen en pequeñas cantidades. El hipotálamo y la glándula pituitaria del cerebro controlan la producción de testosterona. Se sintetiza en el cuerpo a partir del colesterol, aunque tener el colesterol alto no conduce a más testosterona.
La testosterona es un tipo de andrógeno, también conocido como esteroide. Como todas las hormonas, la testosterona es un mensajero químico secretado por un tejido corporal que luego viaja a otro tejido para afectar el crecimiento y el comportamiento. Las hormonas se secretan en ráfagas en cantidades que cambian cada hora y cada día, y varían durante cada etapa de la vida. Tanto los hombres como las mujeres necesitan la cantidad adecuada de testosterona para desarrollarse y funcionar normalmente. La cantidad óptima está lejos de ser clara para los hombres, cuyo rango normal es de 300 a 800 nanogramos por decilitro (ng / dL). Después de los 30 años, la mayoría de los hombres experimentarán una disminución gradual de los niveles de testosterona. Pero los niveles anormales no suelen deberse al envejecimiento, sino que podría ser un signo de un trastorno hormonal, lesión, enfermedad hepática o renal, diabetes o infección. Los niveles bajos pueden provocar una disminución en el recuento de espermatozoides, cambios de humor y una menor masa ósea y muscular. Se pueden recetar esteroides sintéticos para tratar tales afecciones. La testosterona también es un factor clave en el cáncer de próstata y algunos otros tipos de cáncer.
Los niveles anormalmente altos de testosterona en los hombres ocurren típicamente en los atletas que la usan para desarrollar músculos y mejorar el rendimiento. Esto puede provocar problemas de salud graves, como impotencia, bajo recuento de espermatozoides, retraso en el crecimiento, daño cardíaco, cambios de humor y enfermedad hepática.