La fiebre amarilla es una enfermedad antigua que los científicos creen que se originó en África hace unos 3.000 años. No fue hasta el siglo XVII que se informaron brotes en el hemisferio occidental. A lo largo de los siglos, la fiebre amarilla se extendió entre viajeros y exploradores que fueron picados por mosquitos hembra infectados mientras estaban en el extranjero. Luego transportaron la enfermedad de regreso a sus países de origen. La gravedad de la fiebre amarilla varía de leve a mortal. La fiebre amarilla recibe su nombre de las víctimas que pueden tener fiebre e ictericia, lo que hace que la piel se vuelva amarilla. Otros síntomas incluyen dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, vómitos y fatiga. Afortunadamente, un ataque de fiebre amarilla le da inmunidad de por vida. Aún más afortunadamente, la vacuna ha tenido un gran éxito en el control de la enfermedad.
La fiebre amarilla es un virus de ARN que pertenece al género de los flavivirus, o más específicamente, un ISF (flavivirus específico de insectos). Otros ISF notables son West Nile, Dengue y Zika. Sin embargo, es solo la fiebre amarilla la que realmente le da a flavivirus su nombre, ya que flavus se traduce como “amarillo” en latín. Los flavivirus comparten una serie de rasgos comunes, incluido el tamaño, la simetría y la apariencia bajo el microscopio. La mayoría se clasifica como arbovirus, transmitidos por la picadura de mosquitos o garrapatas.
Durante la construcción del Canal de Panamá a principios del siglo XX, miles de trabajadores murieron de fiebre amarilla y malaria. La propagación de la enfermedad fue tan grave que se detuvo el avance del canal. Hasta hace unos 100 años, se desconocía la causa de la fiebre amarilla. En 1881 Carlos Finlay, un médico y científico cubano, planteó la hipótesis de que la fiebre amarilla era transmitida por mosquitos en lugar del contacto humano. No fue hasta 1900 que un equipo de investigación dirigido por el médico estadounidense Walter Reed ayudó a demostrar que la fiebre amarilla fue transmitida por el mosquito Aedes aegypti. La solución en Panamá fue drenar las piscinas de cría de mosquitos y limpiar la maleza a lo largo del canal. Las tasas de fiebre amarilla se redujeron drásticamente y se completó la construcción del Canal de Panamá. En 1905, el último brote en Estados Unidos se produjo en Nueva Orleans.
Hoy, la fiebre amarilla va en aumento. En 2013, la Organización Mundial de la Salud informó 127.000 casos graves y 45.000 muertes. Más recientemente, hay un brote en curso en Brasil. Como resultado, Brasil ha anunciado planes para vacunar a todos sus ciudadanos. Se estima que el 90% de las infecciones por fiebre amarilla ocurren en África, y gran parte de América del Sur también se considera en riesgo. Al visitar países de estas regiones, es absolutamente fundamental vacunarse. Afortunadamente, la vacuna tiene un gran éxito. La inmunidad tiene una efectividad del 80-100% en 10 días y del 99% en 30 días.