Todos son bienvenidos en una barbacoa. ¿O No?
Un regalo divertido para los cocineros y un gran recordatorio para practicar la manipulación segura de los alimentos.
La bacteria Escherichia coli fue identificada en 1885 por el médico austriaco Theodor von Escherich. Sus flagelos peritrícos (los pelos que pueden brotar en cualquier parte de su cuerpo) pueden girar, impulsándolo hacia adelante a la velocidad bacteriana equivalente a un torpedo.
Muchas cepas de E. coli son inofensivas y hay una gran cantidad en el intestino humano y animal. Además, E. coli se encuentra entre las más estudiadas de todas las criaturas, grandes y pequeñas. No solo es omnipresente, sino que es fácil de cultivar. En condiciones ideales se puede dividir cada 20 minutos; ¡una sola célula puede convertirse en más de mil millones en menos de 10 horas!
Sin embargo, E. coli también puede escapar de los confines del tracto intestinal humano y animal y causar infecciones abdominales graves y urinarias. Y, por supuesto, ciertas cepas (como la infame O157: H7) también pueden causar intoxicación alimentaria.
Aunque los brotes de E. coli se han atribuido a una variedad de causas (como leche no pasteurizada y agua contaminada), la carne molida poco cocida se encuentra entre las causas más comunes. La contaminación ocurre típicamente en el matadero, cuando las bacterias internas del ganado entran en contacto inadvertidamente con la superficie de la carne. El proceso de molienda luego distribuye las bacterias por toda la carne, donde es más probable que esté poco cocida.
Debido a que la contaminación por E. coli requiere muy pocas bacterias, la carne contaminada se ve y huele normal. Por lo tanto, si eres carnívoro, la forma más segura de evitar un encuentro cercano con E. coli es cocinar bien la carne y hacer que el bistec tártaro esté bien cocido. E. gads!