Un pequeño número de textos valiosos e influyentes han sobrevivido a sus creadores, evolucionando a lo largo de los años gracias a los esfuerzos de nuevos autores y editores. The Principles and Practice of Medicine del Sr. William Osler, fue publicado desde 1892 a 2001; Early Diagnosis of the Acute Abdomen del Sr. Vincent Zachary, actualmente en su edición 22, apareció primero en 1921; otros venerables textos que todavía se están publicando incluyen: Principles of Internal Medicine, de Harrison (1950), Textbook of Pediatrics de Nelson (1945), y The Pharmacological Basis of Therapeutics de Goodman y Gilman (1941).
Pediatric Diagnostic Imaging de Caffey (originalmente Pediatric X-Ray Diagnosis de Caffey durante las primeras nueve ediciones), es el libro de texto más largo publicado continuamente en la subespecialidad, y ha demostrado su valor durante siete décadas.
Este libro comienza como una labor de amor de John Caffey en una era sin computadoras, imágenes digitales, o PubMed. Cada capítulo fue dictado meticulosamente, mecanografiado, corregido, y vuelto a
mecanografiar. Cada radiografía fue seleccionada cuidadosamente del propio archivo de enseñanza del Dr. Caffey en el Hospital de Niños en la ciudad de Nueva York. El Dr. Caffey, inicialmente se formó como pediatra, fue un médico perspicaz, quien destacó que los hallazgos radiográficos eran solo una parte de la evaluación diagnóstica; la adecuada atención al paciente requería la integración de la historia, examen físico, data de laboratorio, e imagenología. A pesar del gran esfuerzo involucrado, él fue el único autor de las primeras cuatro ediciones.
Con la quinta edición de 1967, el excompañero de Caffey, el Dr. Frederic N. Silverman, del Hospital de Niños de Cincinnati, participó en la preparación del texto, y continuó como un coeditor de la sexta y la séptima edición. Con la muerte del Dr. Caffey en 1978, Silverman se convirtió en el único editor de la octava edición en 1985. Con el tiempo, el Dr. Silverman añadió autores y expandió las secciones. El Dr. Jerald P. Kuhn se unió a Silverman como coautor con la novena edición de 1993, y luego lo sucedió como editor. Para la décima edición de 2003, el Dr. Kuhn añadió a los Dres. Jack O. Haller y Thomas L. Slovis como coautores, dos figuras importantes en educación de radiología pediátrica. El Dr. Slovis condujo la producción de la onceava edición, que tiene una modernización significativa del texto y las figuras. Esta adición tenía ocho editores asociados supervisando subsecciones del texto, reflejando la creciente complejidad y experiencia requerida en la prestación de cuidados de imágenes pediátricas. La doceava edición fue la primera en estar disponible electrónicamente, con imágenes expandidas y contenido de video. Se agregaron nuevos editores asociados para brindar la mejor experiencia posible. Esto ha continuado con la decimotercera edición actual, con contenidos actualizados que reflejan los cambios en el campo.
Teniendo en cuenta la manera en que ahora accedemos a la información y al contenido educativo, es justo preguntar si libros como éste siguen siendo relevantes. Claramente, tengo un punto de vista sesgado. La calidad de la información recuperada en línea a menudo no está clara, y gran parte de ese contenido está condensado y truncado, dejando de lado importantes detalles y asociaciones.
Creo que la prosa bien construida de un autor con conocimiento experto y experiencia práctica en el mundo real, junto con imágenes ilustrativas, sigue siendo una forma poderosa y eficiente de transmitir información y facilitar el aprendizaje. Las listas de hechos y los contenidos en viñeta no pueden transmitir conceptos y síntesis más complejos. No importa cuál sea el medio, el contenido cuenta, y libros como éste tienen un contenido tremendamente valioso.
Aun así, a medida que aprendemos más sobre la ciencia de la educación, ¿cuál es el mejor método para presentar información a los alumnos jóvenes y mayores? Existe un debate continuo sobre el mejor medio para difundir contenido complejo y completo. Los libros son fáciles de utilizar, ellos son familiares. Es sencillo pasar de una sección a otra, retroceder unas pocas páginas sin perder su lugar, tomar notas en los márgenes. Los libros también pueden ser pesados y engorrosos. Son costosos de fabricar. Los formatos electrónicos también tienen sus pros y sus contras. Una computadora o tableta portátiles y livianas logran contener miles de libros de información.
Posibilita la manipulación de las imágenes como en la práctica real. El video y las animaciones pueden aumentar la experiencia de aprendizaje.
Es posible acceder a los textos en línea desde cualquier lugar con una conexión a Internet. La longitud del contenido no debe ser dictada por las limitaciones físicas de la página. Sin embargo, el tamaño de la pantalla determina y limita de alguna manera la cantidad y el método de la información que se muestra. Moverse de un lado a otro entre las secciones de contenido podría ser incómodo.
La decimotercera edición refleja esta tensión. Existe un libro en físico, pero también hay una presencia en línea y electrónica. El contenido adicional está disponible online para complementar el volumen impreso y con la finalidad de permitir a aquellos que prefieren los medios electrónicos tomar ventaja del material en una forma alternativa.
Quisiera agradecer al equipo de Elsevier, comenzando con Robin Carter, el editor de adquisiciones que todavía cree en la importancia de obras como ésta. Ann Anderson es nuestra especialista en desarrollo de contenidos, entre las que se incluyen muchas de las tareas que me impulsaron a realizar este libro. Stephanie Turza es nuestra gerente de proyectos, que con calma mantuvo el libro en movimiento. Nuestro diseñador Renee Duenow y nuestro comprador de arte Nichole Beard ayudó a crear la apariencia del libro, y el productor multimedia Vinod Kothaparamtath hizo posible el contenido en línea. Y por supuesto, gracias a los autores y editores quienes compartieron su tiempo y experiencia para hacer posible esta edición.